miércoles, 8 de abril de 2009

NACIONAL

Er Desván
Zapatero se 'españoliza' con Chaves e irrita a sus posibles socios catalanes
José Luis Rodríguez Zapatero, Manuel Chaves, José Montilla

José Luis Rodríguez Zapatero culminó ayer el giro geográfico que ha imprimido en el último año a su estrategia política. La designación de Manuel Chaves como tercer vicepresidente y ministro de Cooperación Territorial es su último movimiento para consolidar la imagen del PSOE como un partido nacional que busca la cohesión de España. Una apuesta que desató las críticas de CiU, formación que calificó la llegada de Chaves como un mal “augurio”.
Desde las pasadas elecciones generales, Zapatero ha tratado de dejar atrás su perfil de presidente federal, que abrió la carrera de los estatutos de autonomía, impulsó la negociación con Batasuna, y llegó a pactos estables con los nacionalistas de izquierda. El ejemplo más claro de esta nueva estrategia es el País Vasco, donde el PSE ha enviado al PNV a la oposición firmando un acuerdo por escrito con el PP. Mientras, en Cataluña, José Montilla gobierna con los nacionalistas, pero se reserva la presidencia de la Generalitat y mantiene a la CiU de Artur Mas lejos del poder.
Por otra parte, Zapatero ha dejado morir su idea de la Conferencia de Presidentes, una reunión que alcanzó ínfulas de cumbre internacional; y se negó, a comienzos de legislatura, a atarse a un partido nacionalista concreto para reforzar su mayoría en el Congreso. Los socialistas se jactan ahora en Madrid de que sólo ellos son capaces de poner freno a los nacionalistas, ganándoles incluso en su propio territorio, y acusan al PP de haber alimentado las tesis soberanistas con su rígido discurso.
Zapatero es consciente de que los excelentes resultados en Cataluña y el País Vasco le dieron la victoria en las dos últimas elecciones generales; pero ha sido precisamente este éxito el que ha generado la idea entre los socialistas de que los resultados son difícilmente mejorables. De acuerdo con esta teoría, el PSOE ya sólo puede bajar en escaños, se ofrezca lo que se ofrezca a los catalanes. Así, el presidente del Gobierno ha centrado la estrategia en recuperar terreno frente al PP en sus feudos tradicionales, como Andalucía y Castilla La Mancha, y en crecer en comunidades populares como Madrid o Valencia.
En este contexto, el presidente del Gobierno decidió recuperar a Chaves, pese al riesgo de irritar a los partidos catalanes, que temen que la ya largamente postergada financiación autonómica encuentre en el ex presidente andaluz un nuevo obstáculo. El diputado de CiU Pere Macias mostró ayer su preocupación porque la política autonómica “esté en manos de quien ha estado durante muchos años en la presidencia de Andalucía, la comunidad que ha protagonizado el ‘café para todos’”.
Cordialidad entre Chaves y Montilla
Los nombramientos de Elena Salgado como sustituta de Pedro Solbes, y de José Blanco por Magdalena Álvarez tampoco gustaron a CiU. El diputado Josep Sánchez Llibre reclamó a Salgado que “de una vez por todas se cumpla la financiación prevista en el Estatut y se deje de maltratar a Catalunya”, y advirtió que Blanco piensa más en las infraestructuras en términos de productividad electoral para Ferraz, que de productividad económica para España. Joan Ridao, secretario general de ERC, insistió en que el Gobierno debe “resolver la carpeta catalana, especialmente la financiación”.
No obstante el salto de Chaves al Ejecutivo no debe interpretarse únicamente como un aumento de peso político de Andalucía o como el triunfo de una idea más centralista del Estado. De hecho, según diversas fuentes consultadas, Chaves mantiene muy buenas relaciones con Montilla, con quien acordó cerrar el paso a José Bono y aupar a Zapatero hasta la Secretaría General durante el Congreso socialista del año 2000.
Estas fuentes sostuvieron que Chaves posee “cintura” para llevar a cabo negociaciones complicadas como la financiación autonómica, así como la capacidad de vender en el resto de España las transferencias con destino a Cataluña. En este sentido, la catalana Fomento del Trabajo emitió un comunicado en el que destacaba la presencia de Chaves en el Ejecutivo como un “elemento de esperanza por su experiencia y visión de Estado de las Autonomías”.





Fuente: El Confidencial

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