miércoles, 15 de octubre de 2008

ARTE



POLÉMICA POR “LA ÚLTIMA CENA”
Frances Kennedy BBC, Roma


Una controversia se originó en la ciudad de Milán, en el norte de Italia, alrededor de una de las obras de arte más famosas y enigmáticas: "La última Cena" de Leonardo Da Vinci.
La discusión gira en torno a si el mural está sufriendo daños derivados de la contaminación que existe en la ciudad.
Cuando la capilla que alberga la obra maestra fue reabierta al público luego de una importante restauración, llevada a cabo a finales de la década de los '90, se introdujo un sofisticado sistema de filtración y monitoreo.
Sin embargo, esta semana un periódico de Milán informó que a pesar de tales medidas los visitantes aún transportan partículas o sustancias que podrían dañar la obra.
En internet

La disputa sobre la obra de arte coincide con el lanzamiento en internet de una reproducción fotográfica de "La Última Cena" de 16 mil millones de píxeles.
"La Última Cena" fue pintada por Leonardo Da Vinci a finales del siglo XV y debido a las técnicas experimentales que él utilizó, partes de la obra posteriormente se fueron desconchando por lo que la pintura sufrió serios daños.
Las siluetas descoloridas y agrietadas en el cuadro que es citado por en el libro "El Código Da Vinci", han atraído personas interesadas en las teorías conspiratorias y a historiadores especialistas en arte.
El periódico señala que el equipo que monitorea la calidad de aire dentro del refectorio mostró que los niveles de partículas contaminantes se habían triplicado durante los últimos dos años.
El diario citó a expertos que sugerían que tales partículas podrían instalarse en la obra creando eventualmente una capa brumosa y oscura.
Sin embargo, el comisionado cultural de Milán indica que no existe amenaza alguna para la obra.
Más de 350.000 personas visitan la pintura cada año, pero a partir de ahora muchas más podrán observarla casi como si estuvieran en el lugar donde se exhibe.
Una empresa italiana ha colgado en internet una imagen de alta resolución que es 1.600 veces más poderosa que las fotografías tomadas con una cámara fotográfica digital.
Esto permitirá a los expertos estudiar los segmentos y detalles de "La Última Cena" como si estuvieran sólo a pocos centímetros de la obra de arte, que de otra forma no podrían observar, entre ellos los trazos que Da Vinci hizo antes de pintar el mural.

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