martes, 7 de octubre de 2008

CANTAUTORES

Olga Lossano.. Una bonita voz

TERTULIA




ME PONES UN CAFÉ TRANQUILAMENTE?
Por Jenu
Hay momentos para todo, pero no disponemos de tiempo para encontrar ese momento,

Los desayunos de fin de semana son a veces, más interesantes que lo que pueda traer el suplemento de cualquier diario en domingo. La comunicación existe si se busca, la paz también.
El camarero en el bar, si se ha elegido bien, trasmite paz hasta por el abridor. El café es más bueno, existe la calma hasta en la espuma de la leche.

Los clientes del bar. son educados, trasmiten positividad por todos sus poros. Dan los buenos días, dicen adiós cuando se van, no levantan la voz, no levantan ni sospechas.

Los fines de semana estamos como tontos, como enamorados que corren o se sientan sobre la verde hierba en un prado que parece sacado de una película en la que aparece un prado, casualmente verde.

Con diligencia y a la vez con calma, como salida de un envase al vacío, el camarero se acerca a nuestra mesa y pregunta lo que ya sabe,

- Qué van a tomar los Señores?
- Lo de siempre… Antonio, qué bien vives!!
–Bromeó el cliente-
- Podía estar mejor –Le respondió el camarero.

Los camareros por regla general, son serviles, pero tienen muy claro que no son ni sirvientes y mucho menos esclavos de nadie, en todo caso, esclavos de su trabajo, por el gran número de horas que dedican a este menester.
Un camarero puede ser a la vez; Psicólogo, cura, sindicalista, progre, franquista, falangista, del Betis y del Sevilla a la vez, del Real Madrid y del Barca, estar a favor de que se conserven las encinas y hasta de talarlas. Un buen camarero puede ser hasta un buen sexólogo, urólogo, comadrona chica de compañía, de la limpieza, colaborador de las “Fuerzas del Orden”, estar en contra hasta de los bancos y vender lotería de sos.

A los clientes que les gusta la paz, la tranquilidad, el buen café, los molletes del Coca, que no les gusta el barullo, que tienen la buena costumbre de disfrutar de su tiempo entre amigos y buenos contertulios, a estos no les pasa desaperciba la figura de hombres como Antonio, que realiza una muy buena labor. Además, es del At. De Madrid, por afición y para no tener compromisos. No cree todo lo que le dan por la tele, y como está mandado, odia a Hacienda. Entiende a su forma que si Hacienda somos todos, por esa regla, el cliente tiene siempre la razón, aún en casos concretos que la tenga.
El saber estar, el ser sincero, el disfrutar ofreciendo una buena manteca de Olvera o Benahoján, le otorgan el privilegio de ser un componente importante en el engranaje de esta máquina que hace que sea una realidad, el que las mañanas de domingos no sirvan tan exclusivamente como antes, tan solo para asistir a una ceremonia en el que habla solo uno, a lo sumo, el Sacristán, y el que debería hablar por su cuenta, sin ventrílocuos que intermedien, desde los azules o grises cielos, calla como un cobarde.
Muchas gracias Antonio!!
-Me pones otro café tranquilamente?
Fotos realizadas en la Cafetería Manzanares en Villamartín (Cádiz)

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