miércoles, 18 de marzo de 2009

INDIGNANTE

Er Desván
Ayudas para millonarios

La paradoja de los altos directivos que han llevado a sus empresas al borde de la quiebra es que, por lo general, son los que mejor parados salen del trance. Es el caso sangrante de la aseguradora estadounidense AIG, cuyos responsables se repartieron bonos --sobresueldos-- por valor de muchos millones de dólares. Según los últimos datos, más de 70 de aquellos incompetentes recibieron más de un millón por llevar a la bancarrota a AIG. Diez de ellos, los más caros, se llevaron un total de 42 millones de dólares. Lo más indignante del caso es que AIG obtuvo 180.000 millones de dólares de dinero público para evitar la bancarrota, lo que ha producido un verdadero aluvión de críticas en la opinión pública de un país cuyos contribuyentes son los primeros en fiscalizar con lupa la forma en que se gastan sus impuestos. Tanto es así que el poder político ya ha salido a afirmar que ese dinero será recuperado por los ciudadanos utilizando todas las vías legales. "Si no los devuelven por su propia voluntad, nosotros nos encargaremos de que lo hagan", manifestó el influyente senador demócrata Charles Schumer, presidente del comité de Reglamento de la Cámara Alta.
En España convendría tomar nota antes de anunciar tan alegremente la aportación de ayudas y liquidez a determinadas empresas y a algunas entidades bancarias para no caer en la misma trampa. Salir de la crisis es una prioridad siempre y cuando el Estado, que somos todos, no resulte estafado.

Fuente: La Voz de Asturias

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