sábado, 14 de febrero de 2009

ARTÍCULO

Er Desván
Caza y captura
MANUEL ALCÁNTARA
HEMOS pasado de la localización de espías en nómina al mayor safari político de los últimos tiempos. El hecho, que quizá no se nombre con la palabra casualidad, que Garzón y Bermejo cazaran ocho venados en Andújar pone de relieve que hay muchos más venados en los despachos. ¿Es suficiente este episodio cinegético para que el señor Rajoy se ponga como un jabalí? Eso de romper con la Justicia, que ya está hecha añicos, es una redundancia. Ya tenemos el guión de 'La escopeta nacional', copia nueva, pero el tiro puede salirnos por la culata a los que no estuvimos invitados a la cacería.
Mi amigo Gabriel Cisneros, que era un gran lector de poesía, gustaba citar a un poeta foráneo que dijo: «El que habla siempre del enemigo: ese es el enemigo». ¿Cómo se llevan tan mal los dos partidos mayoritarios, después de consentir que gentes de ambos bandos se lo llevaran todo? Nuestra clase política no es digna de respeto, pero sería exagerado deducir que por algo se reúnen en Sierra Morena. No acaban de comprender que el enemigo común es la crisis y en vez de aunarse todos para luchar contra ella gastan sus municiones en tirotearse.
Hace falta una manta de gran tamaño para tapar la trama de corrupción, a la que hay que seguir llamando 'presunta', palabra que se ha vuelto un sinónimo de 'evidente'. Aún no se sabe cómo acabará esto, pero todos sabemos cómo empezó: en la más innoble y sórdida lucha por el poder. No usan dagas florentinas, sino cuchillos cachicuernos. El pobre pueblo español se pregunta si no hay otra gente mejor que se dedique a la alta tarea de la política.
Los más tramposos de nuestros compatriotas son los que han oído la llamada de Dios, que no siempre es audible, para salvar a la patria.
Fuente: Manuel Alcántara/Sur.es/Foto El Mundo

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