Amenaza de muerte contra la televisión sexy
JAVIER ESPINOSA desde Beirut
La polémica generada por las insinuantes telenovelas turcas como 'Nur' que han cautivado a los telespectadores árabes parece no concluir nunca. El pasado jueves, uno de los clérigos saudíes más significados de esa nación, el jeque Saleh al-Lihedan, irrumpió en la controversia en medio del conocido programa radiofónico local 'Luz en el camino' para responder a un oyente que le preguntaba por su opinión sobre la emisión de programas "indecentes" en la televisión durante el mes de Ramadán.
"Quiero avisar a los propietarios de esos canales, que emiten llamamientos a la indecencias y la impudicia, sobre las consecuencias. ¿En qué piensan cuando proveen seducción, obscenidades y vulgaridad? Está permitido asesinar a quienes abogan por creencias corruptas. Si el efecto diabólico de aquellos que promueven la corrupción no se puede detener con castigos menores, entonces habría que ejecutarlos", replicó el religioso.
A sus 79 años, Al-Lihedan ejerce como jefe del Consejo Superior de Justicia, la institución jurídica más importante del país y de ahí se deriva el revuelo que han provocado sus palabras, toda vez que muchos de los canales satélites más populares en la región como MBC —que emite 'Nur'— son propiedad de príncipes y acaudalados empresarios saudíes.
Lo curioso es que la arremetida de Al-Lihedan contra los supuestos programas inmorales se produce en una región en la que cualquier televidente con una parabólica puede acceder a cientos de emisiones pornográficas enfocadas al mundo árabe. Incluso en la República Islámica de Irán, el experto en estudios de comunicación Hengameh Hosseinpour calculó recientemente que se pueden ver hasta 316 canales para adultos.
En Beirut, por ejemplo, algunos proveedores libaneses han recurrido a fórmulas ciertamente originales para abastecer a los devotos del sexo eludiendo las críticas del estamento religioso. Durante los fines de semanas los avezados saben que el canal 'Caza y Pesca' —que retransmite asépticas imágenes sobre la cinegética— sustituye por las noches su emisión normal por escenas también de orientación muy animal aunque la especie sea en este caso la humana.
Las arremetidas contra las exhibiciones sexuales en la pequeña pantalla no son exclusivas del mundo árabe. Ya en 2002 el Parlamento israelí asistió a una inusual sesión en la que diputados árabes y judíos —los mismos que normalmente se arrojan toda clase de epítetos— votaron de forma conjunta para prohibir el porno en la televisión por cable.
JAVIER ESPINOSA desde Beirut
La polémica generada por las insinuantes telenovelas turcas como 'Nur' que han cautivado a los telespectadores árabes parece no concluir nunca. El pasado jueves, uno de los clérigos saudíes más significados de esa nación, el jeque Saleh al-Lihedan, irrumpió en la controversia en medio del conocido programa radiofónico local 'Luz en el camino' para responder a un oyente que le preguntaba por su opinión sobre la emisión de programas "indecentes" en la televisión durante el mes de Ramadán.
"Quiero avisar a los propietarios de esos canales, que emiten llamamientos a la indecencias y la impudicia, sobre las consecuencias. ¿En qué piensan cuando proveen seducción, obscenidades y vulgaridad? Está permitido asesinar a quienes abogan por creencias corruptas. Si el efecto diabólico de aquellos que promueven la corrupción no se puede detener con castigos menores, entonces habría que ejecutarlos", replicó el religioso.
A sus 79 años, Al-Lihedan ejerce como jefe del Consejo Superior de Justicia, la institución jurídica más importante del país y de ahí se deriva el revuelo que han provocado sus palabras, toda vez que muchos de los canales satélites más populares en la región como MBC —que emite 'Nur'— son propiedad de príncipes y acaudalados empresarios saudíes.
Lo curioso es que la arremetida de Al-Lihedan contra los supuestos programas inmorales se produce en una región en la que cualquier televidente con una parabólica puede acceder a cientos de emisiones pornográficas enfocadas al mundo árabe. Incluso en la República Islámica de Irán, el experto en estudios de comunicación Hengameh Hosseinpour calculó recientemente que se pueden ver hasta 316 canales para adultos.
En Beirut, por ejemplo, algunos proveedores libaneses han recurrido a fórmulas ciertamente originales para abastecer a los devotos del sexo eludiendo las críticas del estamento religioso. Durante los fines de semanas los avezados saben que el canal 'Caza y Pesca' —que retransmite asépticas imágenes sobre la cinegética— sustituye por las noches su emisión normal por escenas también de orientación muy animal aunque la especie sea en este caso la humana.
Las arremetidas contra las exhibiciones sexuales en la pequeña pantalla no son exclusivas del mundo árabe. Ya en 2002 el Parlamento israelí asistió a una inusual sesión en la que diputados árabes y judíos —los mismos que normalmente se arrojan toda clase de epítetos— votaron de forma conjunta para prohibir el porno en la televisión por cable.
Fuente: El Mundo .es
